Doña María se las ve en apuros al inundarse su puesto en el mercado central, don Guillermo se dirige al paso de dos niveles que ejecuta Obras Públicas y que desde hace más de un año da sustento a su familia, doña Carmen deja en la escuela a su hija con su nueva computadora y se dirige al taller que le da trabajo, se siente segura, hace tres semanas que no paga renta por salir de su colonia.
Don José ingeniero de profesión tras reunirse con sus ejecutivos se dirige a supervisar las obras, don Carlos ministro de agricultura desde muy temprano se dirige a la zona norte del país, el doctor Alfaro ha terminado su turno en el hospital y se dirige a casa a descansar, María Elena se ha despedido de esposo e hijos, ella es agente de la PNC y se dirige a cumplir su deber, el cabo y marino Salvador dejó durmiendo en casa a hijos y nietos, en altamar se dirige a interceptar embarcaciones sospechosas. Un empresario se ha quitado la vida evitando más desgracia a su familia, otro pretende ocultar desfalcos y contaminación en fuentes acuíferas y pretende ser candidato presidencial, la familia Suárez resguarda en el Hospital San Juan de Dios la vida de doña Marina quién pasados los 90 años, parece dispuesta a irse al cielo. Preso va don Jeremías transportista detenido intoxicado con alcohol, en la sala de bomberos esta todo en paz, no hay novedades. Los agremiados de la industria de harina y carne terminan reunión con el gobierno acordando evitar que acontecimientos que no controlan afecten lo menos posible a sus compatriotas y en la Escuela Militar la llamada a rancho alerta a los jóvenes cadetes.
El venerado sistema “capitalista” y sus abultados presupuestos militares, no han sido capaces de superar los reducidos presupuestos miliares de Rusia y China, quienes los superan tecnológica y disuasivamente, no pueden enfrentarlos uno a uno. Ocultan su corrupción forzando a gobiernos como el de Ucrania a ir a la guerra, sacrificar sus ciudadanos, mientras sus ministros se hacen de lujosas mansiones en Suiza.
Las naciones más populosas del planeta, que han vivido y sufrido vejámenes del sistema capitalista, se unen y deciden que es tiempo de cambiar el sistema. El sistema unipolar monetario, político y militar, calificado como globalista ha llegado a su fin.
La vuelta a la soberanía, a la libre determinación de los pueblos, al uso de monedas nacionales, a la alianza natural entre naciones y no por mandato, es la nueva tónica.
Esto genera “pánico” entre los dueños del dólar, el euro y la libra y controlando el endeudamiento se han adueñado del 99 % de la riqueza del planeta.
Doña María en la terminal, nuestro policía, campesino no tiene que pagar por que familias dueñas de la banca central pierdan su corrupto sistema de endeudamiento. Debemos apoyar el nuevo sistema, multipolar, soberano y no injerencista.
No a expansión capitalista armamentista, no a la creación de nuevas guerras, fin a las arbitrarias sanciones económicas, a condenar a naciones al hambre porque no se someten.
En el mundo global, el nuevo orden mundial ha llegado y el compartir el producto de la Pachamama es voz que impera, puedes ver, oír o callar, pero la realidad no la puedes evitar.
El dólar, el euro, la libra esterlina son el pasado. El rublo, el yuan, la rupia, el rial iraní y el BTC, son el presente.
Los salvadoreños contamos con un gobierno que vive la realidad y se esforzá para que sus ciudadanos sean los menos afectados.
Me atrevo a predecir la apertura del North Stream II, el triunfo de la derecha en Italia, la elección de un gobierno pro-Reino Unido, el fallecimiento del dormilón, caos civil en EE. UU. la paz y una recuperación económica global sin precedentes.
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