El karma recuerda al ser humano que por cada acción que un individuo realiza habrá una reacción. Por lo general se relaciona con la acción y sus consecuencias.
En El Salvador solemos decir: El que la hace la paga. este refrán da a entender que cada uno recibe el trato que merece de acuerdo con su actuación.
Pues bien, con lo que ahora se vive en los EE. UU. compruebo que la ley del Karma no solo se aplica a personas sino también a países o naciones.
El presidente Donald Trump e importantes presentadores de noticias repiten que los abusos cometidos por sus burócratas, políticos, la corrupción en su sistema judicial, el enriquecimiento ilícito de funcionarios, el despilfarro de recursos, etc., y el intento de fraude electoral que actualmente viven, dicen “son acontecimientos que solo ocurren en repúblicas banana”.
Banana república, son dos palabras usadas para referirse a países no desarrollados, en donde los gobiernos norteamericanos durante 53 años desde 1962 al 2015 corrompieron nuestras estructura social y sistema de gobierno. Los gobiernos norteamericanos decidían que los militares debían ser los presidentes, derrocaban al gobierno que no acataba sus órdenes, instrumentaron el fraude electoral para que sus designados fueran electos, implementan políticas económicas que les favorecen, no estimulan la inversión en educación, nos empobrecen, endeudan y provocan guerras que ellos financian, estatizan la banca, el comercio exterior e implementan reformas agrarias.
Y finalmente ellos aparecen como los benefactores, prestos a facilitar los créditos necesarios para reconstruir el país cuya destrucción provocaron, pero, además condicionan la ayuda a la venta a sus corporaciones de los recursos naturales y servicios.
Posteriormente instrumentando cómplices locales (oligarcas) toman el control de los partidos políticos creando el nuevo modelo de Banana República o Neo Colonias, con gobiernos empobrecidos, en donde la democracia ha dejado de existir pues ellos eligen a quienes el pueblo debe elegir. Esto se logra polarizando a la masa, mientras ellos ejercen el poder sin importar si el gobierno electo es de derecha o izquierda.
Para comprender este escrito es necesario que conozcas que, en mi humilde opinión, el gobierno que el pueblo norteamericano elige en él 2016 es diferente a los que lo gobernaron durante los anteriores 53 años, de 1962 al 2015.
Si les interesa saber por qué los diferencio, déjenme saberlo, será tema de otro escrito.
Durante su última etapa los anteriores gobiernos norteamericanos como el de Carter favorecieron regímenes islamistas y comunistas, Clinton regionaliza los tratados de comercio, los Bush sus socios sauditas escalan el precio del petróleo y las guerras, también promovidas por el campeón en asesinatos con drones Hussein Obama, durante cuya administración los gobiernos en la sombra y profundo crecen en poder e influencia.
Europa fortalece el Parlamento Europeo, suma miembros.
Habiéndose decidido además volver a China una potencia económica a expensas del deterioro de la economía norteamericana y del resto del mundo.
¿Por qué volver a China y su régimen dictatorial, potencia económica?
Sencillo, el Partido Comunista Chino posee el modelo autoritario más exitoso y funcional pues mantiene sometidos a 1.339 millones de habitantes. Y un régimen totalitario, no democrático es el único capaz de permitir a una élite dirigir los destinos de la población mundial.
Estas acciones de personas y gobiernos llevan ahora a los EE. UU. como nación a sufrir el Karma.
Ahora ellos sufren el terrorismo, restricciones a la libertad de expresión, su gente sufre acoso si expresa su opinión y los políticos de gobiernos anteriores intentan violar el derecho del pueblo de elegir a sus gobernantes, igual que lo hicieron antes en nuestros países.
Este es Karma que la potencia mundial hoy sufre.
El pequeño problema es que, si el mal triunfa en este gran país, la corrupción y violencia volverán a regir en nuestros dependientes países.
Esperamos que como los valientes hemos evitado los regímenes totalitarios, los norteamericanos tengan el valor y patriotismo para hacer que la verdad triunfe.
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