Análisis de posibles ocurrencias geopolíticas.
La libertad de culto será restringida, se volverá a prohibir desear feliz navidad, pues el nacimiento de Jesús se pudo evitar abortándolo.
Las sanciones comerciales a China serán levantadas y su desarrollo militar no será objetado.
El partido comunista relanzará su ofensiva para que su sistema totalitario y opresivo sea el modelo de desarrollo a seguir.
El globalismo será la tendencia que domine la agenda a imponer al mundo por el orden mundial y los demócratas en el gobierno.
El despilfarro de recursos de los contribuyentes norteamericanos volverá a financiar el Acuerdo de París y a las ONG que promueven un mundo sin fronteras. Los países miembros de la OTAN dejarán de pagar sus cuotas de defensa.
Al olvido pasarán cuatro años sin guerras, el retiro de tropas y los acuerdos de paz firmados en medio oriente. La inestabilidad volverá al mundo. Irán desarrollará armas nucleares y Corea del Norte volverá a ser amenaza para sus vecinos y el mundo.
La Unión Europea se verá fortalecida por el apoyo de los globalistas norteamericanos y el resto del mundo se verá forzado de nuevo a firmar acuerdos comerciales regionales y los países firmantes obligados a ceder soberanía vendiendo a extranjeros sus recursos naturales y servicios.
Gobiernos como los del Reino Unido, México, El Salvador, Brasil, Australia y otros serán desestabilizados en busca de que se sometan al viejo sistema corrupto, elitista y globalista que ante los gobernó.
El sistema opresivo de gobierno de China, Cuba, Nicaragua y Venezuela, serán favorecidos y su influencia regional será apoyada con el de países que aún permanecen bajo la influencia globalista.
Brechas serán abiertas en la pared de la frontera sur de los EE. UU. para facilitar el paso de drogas e ilegales. Las ONG con nuevo financiamiento incentivarán a guatemaltecos, salvadoreños y hondureños a dejar a sus familias por la ilusión de mejores ingresos, muchos desaparecerán en el camino y la venta de sus órganos enriquecerán a quienes se dedican a este sucio negocio.
De nuevo las muertes por sobredosis de opioides alcanzará el nivel de pandemia. Las leyes no se aplicarán y los ciudadanos deberán defenderse. Esto llevará al gobierno a dictar leyes que restrinjan la tenencia de armas y a su decomiso. El odio en contra de la policía, las restricciones a autoridades migratorias harán que el negocio al detalle de las drogas y que la violencia de Chicago se expanda a todo el país.
Las políticas sanitarias (Virus Chino) del nuevo gobierno norteamericano reducirán la productividad de los EE. UU. y esto permitirá al Partido Comunista chino, recuperar el terreno en su intento por ser el modelo de desarrollo económico mundial.
Los nuevos impuestos, la implementación de regulaciones medio ambientales y otras reglas, harán volver el desempleo a negros, latinos, asiáticos y blancos.
La necesaria agitación de masas y generación de odio se volverá normal en las ciudades de los EE. UU. ANTIFA, BLM y la MS 13 aterrorizarán a la ciudadanía.
Se hace además necesario debilitar a las Fuerzas Armadas.
Se recortará la producción de las industrias manufacturera y petrolera generando aumento en los costos del combustible, alimentos y de vida.
El poder y control del aparato gubernamental al aumentar impuestos, impulsará la intervención en la educación y nuevas regulaciones reducirán la creación de fuentes de trabajo.
China se adueñará de derechos de autor y patentes, reactivará la Ruta de Seda y el endeudamiento de naciones con BRICS. Redoblará el esfuerzo por controlar senadores y congresistas, las comunicaciones, cine, prensa, universidades y corporaciones en los EE. UU.
La élite corrupta “cómplice” flotará en sus miles de millones y será entonces que la humanidad conocerá cuál es la “LIBERTAD” que el pueblo de China no vive desde 1949.
Aún hay esperanza, pero por supuesto habrá quienes crean que lo escrito anteriormente sea ficción.
Yo en cambio viviré y veré desarrollar los acontecimientos, deseando que lo expuesto no se cumpla, pues el sufrimiento será intolerable.
Confiando en la decisión que el Senado en EE. UU. tomará el 6 de enero.
Confío en El Señor y en que el futuro es una “nueva era”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario