domingo, 14 de mayo de 2023

La prensa dependiente de gobiernos y…

 



La realidad que vivimos en el siglo XXI es la restricción de las libertades, resultando contradictorio que, en la era del acelerado desarrollo tecnológico, las libertades de información y expresión se les coartan a los seres humano.

El gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica y los gobiernos aliados occidentales acuerdan prohibir a sus ciudadanos escuchar la información proveniente de medios como RT y Sputnik, además ordenan a las plataformas de redes sociales penalizar y retirar todo contenido informativo que contradiga la información que ellos propagan, pues tú debes aceptarla como verdad.

En pocas palabras, la élite gobernante te considera incapaz de juzgar lo que escuchas o dices, tú debes aceptar como verdad sus actos, pues ellos velan por tu futuro.

Esta es la razón por la que tú ignoras que la guerra la pierden la OTAN y Ucrania, que se han restablecido las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Irán, que el acuerdo de paz en Yemen está en marcha, que China ha presentado un proyecto de doce puntos para lograr un acuerdo de paz en Ucrania y que una misión China visitará Ucrania. Estas noticias contrarias a los objetivos del mundo unipolar no las difunde la prensa a su servicio, pues pertenecen a sus enemigos y van en detrimento de las acciones represivas ejercidas.

Por esta razón, al no tener acceso a medios noticiosos diferentes a los financiados por los gobiernos occidentales, tampoco conoces el contenido de la conversación sostenida entre Xi Yin-Pin con el presidente Zelenski, desconoces las declaraciones del ministro de seguridad Medvedev, de Rusia, ni las declaraciones del presidente de Bielorrusia.

Lo que lees y escuchas en los medios de prensa de los gobiernos occidentales ocultan el peligro y la alta posibilidad de desatar una guerra nuclear, pues esta puede iniciarse por una estupidez de las autoridades ucranianas si atacaran el 9 de mayo a Rusia o se hiciese realidad la absurda idea polaca de ingresar a territorio ucraniano con intención de formar un estado federal. La CIA, el Departamento de Estado y el Pentágono, debieron intervenir pues estas acciones conducirían a la escalada nuclear.

Otro tema que ignoran muchos y que es importante conocer, es la diferencia entre declarar la guerra, como lo hiciera el gobierno norteamericano en contra de Irak, siendo las acciones prioritarias destruir instalaciones e infraestructura de gobierno y aniquilar a su dirigencia. Operación militar limitada es el procedimiento que Rusia desarrolla al ingresar a Ucrania, no se persigue a miembros del gobierno. Ellos siguen operando, es decir, el objetivo no es acabar con Ucrania, sino disuadirla de ingresar a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y detener los vejámenes en contra de los rusos viviendo en el Dombás.

Un acuerdo para poner fin a las hostilidades estuvo a punto de alcanzarse, pero la Casa Blanca y el Reino Unido se opusieron. Esta negativa ahora cobra 10 vidas de ucranianos cada día por cada vida rusa.

La élite occidental despilfarra cientos de millones de dólares de sus contribuyentes, quienes se empobrecen mientras ellos ven crecer sus fortunas.

La propaganda occidental ocultó lo invertido en armar, establecer defensas y entrenar a tropas ucranianas, desde el golpe de estado nazi en 2014, creyendo que Rusia permitiría a la OTAN en sus fronteras y se equivocaron.

Ucrania ha perdido más del 25% de su territorio y crece la posibilidad de un conflicto nuclear.

Lamentable es la pérdida de más de 300,000 vidas ucranianas y que los dirigentes de la Unión Europea y la OTAN sean culpables de estas muertes al someterse a las órdenes emanadas de la Casa Blanca, nación que Joe Biden conduce a la bancarrota.

La prensa oculta cómo el multilateralismo, integrado por las naciones que albergan la mayor población mundial, cuyas tierras albergan la mayoría de la riqueza natural y mineral que necesitan los países occidentales, forja alianzas, acuerdos políticos, comerciales, militares y monetarios que debilitan el decadente sistema unipolar represivo. Ante la pérdida de su hegemonía, pareciera que la última carta a jugar por este último es provocar la guerra nuclear.

La consciencia prevalece, pues la vida está sobre el poder material.

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