Así llaman a las nuevas fuerzas desestabilizadoras, a los movimientos que se instrumentan para derrocar gobiernos democráticos, que darán paso a la instalación de regímenes serviles y corruptos, los que adoptarán la nueva constitución que el nuevo orden manda.
Por su puesto que dé popular, natural y espontáneo no tienen nada.
Sus activistas son financiados y entrenados para desarrollar el caos que posteriormente llevará a establecer el gobierno corrupto que servirá a intereses ajenos a los de su nación.
Pocos países entre ellos Hungría, han enfrentado con valor y éxito esta subversiva y multimillonaria nueva amenaza.